miércoles, diciembre 15, 2010

Grita quedito



"Cierto día, comprando confites en Eagle Pass, me vi el rostro reflejado en una de esas vidrieras convexas que defienden los dulces del polvo. Antes, me había visto en espejos distraídamente; pero en aquella ocasión el verme sin buscarlo me ocacionó sorpresa, preplejidad, la imagen semiapagada de mi propia figura me planteaba preguntas inquietantes: ¿Soy eso? ¿Qué es eso? ¿Qué es un ser humano? ¿Qué soy?"

José Vasconcelos. Ulises Criollo
[A Válek, editor super start de ED]


El Secretario A se sentó junto a M, como si con eso subrayara una relación con HR, estrictamente laboral, Carmen, quien había reconocido que "se las daba"– en palabras de R, quien a pesar de parecer decente, al final intentó robarme los libros, alegando que el también quería chayo- se iría , reconocía Carmen, “con el secretario a cualquier playa para hablar de otros temas distintos a los de la educación”.

Melones con brochetas, ofrecían en el convite, mientras el secretario -no es noticia- decía estar muy vivo para contender por la presidencia de la nación.

La nación es una idea, una creencia, decía A, en una parte de la plática.

Los chicos ED, atendían con gestos elocuentes la disgresión del Secretario que intentaba demostrar su erudición histórica, donde, en un momento, R le comentó, es curioso, el primer presidente que tuvo este país, que yo conozca, merece un busto en su memoria, en cambio, el vecino del norte, su primer presidente, le merece el nombre de una ciudad, ¡Sí, sí!, Washington, pero Guadalupe Victoria no se llamaba así, contestaba A, para justificar el insurgente olvido del Estado.

Secretario, la educación debe romper con la política electoral, comentaba HR, ¿Cómo?, respondía A, ¡Sí!, si la educación debe emprender proyectos que rebasen los sexenios, las administraciones, insistía HR, esperando que no contestara nada como lo que al final A. contestaría: Un buen sueño, eso y actuar en bloque -que los proyectos educativos traspasen las naciones y los años, “Un buen sueño”, concedía A desganado.

En un momento Rubén dijo vámonos, Qué es lo que estamos esperando, parecía responder HR.
Por decir lo menos, en esta idea que convenimos y llamamos Patria, un millón de familias pasarán hambre en estas fiestas a las que estamos convocados, todavía, la pobreza vive en nuestro país secretario, iba a ser un cuestionamiento que HR no se permitiría hacer en un coctel, así, “off the record”, la heridas no sanan con declaratorias, que más daba estar ahí entonces.

Al final, cuando A dijo, Parece que mi presencia los inhibe a tomar, así que me retiro y acto seguido se fue, eso qué era, sino la pantomima del protocolo inmaculado.


HR todavía dijo, No se olvide, la totalidad de los maestros del programa E. no han recibido desde hace cuatro meses su salario.

Luz y Paz, decía la mirada de HR, cuando se despedía del Secretario, grita quedito pasaba por su mente: el tiempo habla el idioma de tus actos.

paraopinar@yahoo.com

jueves, octubre 14, 2010

Chomsky le habla a los burgueses


[[[dos notas, un destino]]]


Prosperidad pírrica estamos gestando

Mientras no salgamos de los hábitos de consumo

De una urbanización promedio:

Comer hamburguesas

tomar el celular

Poner los pies sobre la mesa

Quedar con una chica

Mirar el ordenador

El che

en su famosa carta

al despedirse

de Aleida

de Camilo

de Celia

de Hilda

y de Ernesto

les dice

Estudien mucho

para poder dominar la técnica

que permite dominar la naturaleza.

Acuérdense que la revolución es lo importante

y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada.

El libertador

El libertador

que cada quien entenderá

de acuerdo

a los propios límites

de su criterio

es cierto

nuestro reto es histórico

Chomsky lo dice

“Estos temas no se pueden soslayar por demasiado tiempo

si hemos de esperar una sobrevivencia de la especie”.

Un amigo lo confirma

Qué hemos hecho

para ser mejores


paraopinar@yahoo.com

Estado Fundamental



En el estado fundamental

La magnitud del cosmos

Íntima dimensión

Viva en la maravilla del asombro

Canto al encanto

Canto al amor

dime a que región se aproxima

sirena mía

el énfasis de tu vuelo

si la serena cumbre del trueno

habita la gallardía de tu boca

la intensidad lógica de tus besos

derrama el néctar claro de la luna

al venir el mundo vino la luz

Paz triunfante el eco de tu tacto

patria a la que imploras tu origen

gesta del devenir en búsqueda

escucha:

sirena mía

en tus ojos encuentro

La verdad que me asombra

Azorado por delicados vértigos

espíritus en la panacea quietos

por un instante en lo eterno

Albor en movimiento

goce en calma

aleluya sempiterna

alabada flor

un beso

más adentro

siento tu sudor hambriento

pasea mi virilidad

en tu rostro húmedo de mí

abrazado a la delicia

del encanto de tu nombre

miércoles, septiembre 15, 2010

Don Vicente-Nario

[[carta a los reyes...de la corrpción]]


[[El que domina a los otros es fuerte,
el que se domina a sí mismo es poderoso]]
Lao-Tsé


Si pudiéramos contar

(((para ir tirando)))

si pudiéramos contar
contaríamos con los
205 millones de dólares
que le incautaron a
Zhenli Ye Gon
con lo cual
podríamos festejar
¿veinte bicentenarios?

martes, septiembre 07, 2010

Hace doscientos años

[[el precopeo]]

((El que no piensa en la silla, no trae una silla a lado))

[[ED]]

Hoy recibí un mensaje
Un tanto protocolario
¡los festejos del bicentenario!
-La inauguración de los presidenciables-
Cien edecanes internacionales
La mujer del presidente
Camarones empanizados
Martínis de lichi-tinto añejado

de prensa me darían un pase
para ir a escuchar al secretario
que no le gusta sentarse
hablar de las sillas del virreinato

En México las cosas no pasan
si las cosas no se contradicen

Aún las flores de Nezahualcóyotl
sostienen el valle
sólo un poco aquí
sólo un poco
la vida es una fiesta dicen los nahuales
con respeto al sol y amor a la mañana
una piedra lleva a una flor, una flor a una ave
una ave a un canto, un canto a una luz
la luz al signo, el signo a la llave
oro, siglos, imperios
la eternidad engendra su vestidura
el verbo que a sí mismo se sabe.



paraopinar@yahoo.com

sábado, septiembre 04, 2010

MUNAL 2010*

De sol va vestida la hermosura

La virgen del Apocalipsis. Miguel Cabrera (1760)


(((apuntando al futuro)))

MUNAL 2010*
La pelea es Paz

martes, agosto 31, 2010

De qué se ríe la Barbie

Horas antes del informe
presentan a la Barbie que sonríe
[[Fotos: AFP]]


Horas ¡clic!


el mundo se mide por instantes,
la importancia que le da la gente,
a lo que sucede en el mundo,
es proporcional a los clics,
que anteceden a una imagen.

Educación ¡clic!




ahora trabajo en la ESAD
superviso la labor de veinte profesores
que buscan enseñar a distancia

...y las cosas que encontramos...
¡faltas de ortografía!
¡Errores gramaticales!
una plataforma descompuesta
Cambios en los horarios
Extravíos en las dosificaciones
Todavía no aprendemos
a confiar en el de alado
Pertenecemos al tiempo
de la distancia

donde todavía la luz de un pensamiento nos une
donde nace el todo que le antecede a la nada

al cosmos en este momento me uno

¡y por la geometría de
Euclides!
Por la información Wikipedia
O por lo que ustedes quieran
¡Formas tridimensionales!
Habilidades para la vida
Unidades arbitrarias de medida
la SEP no está evaluando


Así llegamos al informe
del gobierno bicentenario

(se detendrán las balas
se acabará el miedo
se socavará la miseria
crecerá el ánimo
pensaría Iturbide
al consumar la patria)
nos seguimos retüiteando

En mi trabajo como supervisor
Estadística básica
Es la prueba que los mexicanos
Estamos reprobando
mil doscientos alumnos
con un clic se están educando

en las cosas que yo aprecio
pongo el corazón en la mano
para hacer esto tengo la vida
al hombre, lo sé, se le quiere
con todo y sus descalabros
educar
es defender un imperio

[informar
dar forma]
el universalcomadre de la jornada
Con un clic, a Peña Nieto
Está promocionando


Educación a debate
El periodista para cubrir la nota
ha de hacer parkur
y manejar las redes

saltar obstáculos
y permanecer de buen ánimo
¿Cunando estamos mal en educación
podemos imaginar que sociedad estamos experimentando?

jueves, agosto 26, 2010

Muévelo

I
Tener una perra significa
Hacerse cargo de sus mierdas
Tener un hijo ha de suponer
Hacerse cargo de lo mismo
De que puede enorgullecerse el hombre
Si en las manos de Dios deja sus cenizas
Si en vida su vientre es podredumbre
A que le aplaude la polución ¿a qué le aplaude
La bélica gallardía de la ignorancia?
la falacia fugaz del progreso
El vicio recóndito del miedo, ¿a qué le aplaude?

II
En el mismo sentido
en la extraña epopeya
del sueño de un imaginando

Hablar con una sirena
y decirle te extraño tanto
como trabajo tengo

No deseo más que encontrarte
Entretenida con mis labios
Y de la manera más dulce y bella
Con un plenilunio sin tregua
-abrasado en interminable vela-
Entregarte la llama de mis cumbres


Y con una voluntad al sol erguida
disfrutar de la maravillosa alegría
de compartir el asombro de la vida

III
Ahora, podría decir
Que si a la información
de la educación me dedico,
Como primer apunte, señalaría:
La SEP está frente a santo domingo
Que es donde se expiden certificados
Como los que el güero consigue
¡Es evidente el timo!
Inconcebible que pase inadvertida
la extrovertida pantomima
De lo que el gobierno llama decoro

Contratado para laborar en una parcela
Llamada cosmos, un día, uno se da cuenta
Que a las ocho de la mañana
ya se vendieron diez tortas
Ya se destaparon cinco pepsis
Se robaron dos corazones
De una habitación vacía
Han abierto las vidrierías
La ciudad apresura su paso
Los twiters preparan antro
Federico ya fumo dos cigarros
Y a Jorgito lo levantaron
Para que después de las nueve
Fuera la muestra del lector
En la secretaría de educación

Para completar la maroma
Las autoridades educativas
Colocaron una mampara
Y simularon una habitación
de lo que debe ser por costumbre
una familia mexicana

y por sí eso no bastará
las autoridades sanitarias
recomendaron a los mexicanos
Tomar agua potable
insípida y simple
como si ellos la abastecieran
de forma justa y equitativa

si fuera el caso: que sol tan loable

Mientras tanto
Para que administren nuestro dinero
Y nos brinden tan finas recomendaciones
Le pagamos a calderón el sueldo que tiene
Y conserve un sequito de astronautas
encargados de tapar la verdad con el dedo
y recubrir de escalofrío el hambre sosegada
y el vértigo friolento del pueblo
que por no saber leer, trabaja para otros
que se siguen divirtiendo






jueves, mayo 20, 2010

Pásalo




***

((¿Serías capaz de repetir mi nombre hasta que ya nada tuviera sentido?))







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jueves, marzo 18, 2010

Con tus manos entrelazadas

Con tus manos entrelazadas
Como agua tras mi nuca
Hasta el silencio es nube
Gloria estacionada al interior
De mi voz que despierta
A la gracia de vivir alegre
Paso ligero que me lleva
Al epicentro de la delicia
Al el núcleo de la belleza

En mis manos cabalga la euforia
Entre mis dedos mi alma discurre
Escribo
Dentro de mi corazón reina lo puro
Todo tiende a seguir girando
Ahora me voy a ver si me buscas
En mis labios llevo un lucero
En mi conciencia lo que todo lo nombra
Cumbre sin forma, el revés de lo inmenso
Palabra que al demonio domestica
Luz que al hombre deslumbra
Forastero, foráneo, frontera entre lo fantástico
Y el misterio de lo que a diario nos inunda
Alto vuelo alto, entro a lo profundo
Van tomando fuerza mis pensamientos
Vencedores, humildes, gallardos
Saber que si hago aprendo
A morar puro en el cielo de tus labios
Suave, delicado, preciso, fluyo
Exento de aspavientos
Contemporáneo de la nada
habito sereno en tu acabada cifra
repatriado en tu cintura
De donde vengo todo perdura
empiezo, día a día, beso a beso
a sellar tu sonrisa última
¡Aleluya! ¡Aleluya!
nuestro fuego se une
en su transparente temperamento
"Amor y Verdad se han dado cita
Paz y Justicia se abrazan"
(salmo 85-11)

paraopinar@yahoo.com

viernes, enero 22, 2010

La otra parte de lo inmenso

De Revueltas a la Revolución



 “De todas las premisas del camino del guerrero,
la más efectiva, es perder la importancia personal
Castaneda

Yo que sólo pienso en el abandono, ante las inclemencias del frío, como si no supiera de mí… yrresponsable con “y” griega, no he terminado la tarea. Podría decirse que me la he pasado cuidando a Cosmos y eso sería tan mañoso. Mañana se entrega el ensayo, y apenas he cruzado el meridiano de Los errores, como si no me diera cuenta que existir es rebasar la meta, una meta tras humana, metafísica: repetitiva. Licántropo con laptop y licenciatura, lotófago con gafas de sol y premoniciones acuosas, bípedo ante la volatilidad del enigma: ser o no ser. Fluido ancestral, soplo de fuego. Revueltas coincide conmigo en que sólo existe el presente, un presente más perpetuo que constante, un presente palpable, principio único; representante irredimible al interior de la nada, unánime. De verdad que, debería abandonarme, a pesar de los ensayos y del frio. Acechar el viento, emprender el vuelo. Tomar conciencia: del silencio se nace, en el silencio se termina; al final, todo inicia.      

Escribía Octavio, el lunes once, en su Rutina de la luz. Sin embargo, desde hace cuánto, no había podido sino sentirse en un estado como limítrofe, larvario, de umbral irremediable, y al mirarse al espejo, ¡no poder!, sino considerarse… como un error. Pero ahora tenía que esperar, y pensar en ese ensayo que sin duda estaba intrínsecamente relacionado con él; mientras miraba -de reojo- pasar las tropas de basureros con su uniforme de vagabundos errantes, que llegaban a devenir su salario; y mientras los entreveía, leía sin prisa como al candor de una canción de Sigur Ros, y en una actitud equidistante, casi contemplativa, leía  junto a la rampa donde esperan… los que prestan… esperan; sin duda él era uno de estos que apuntan en sus libretas nombres y cifras, como si en ello se les fuera la vida, tal vez, por eso, le interesaba tanto el ensayo, y le molestaba tanto esperar; y aunque estaba casi seguro que la muerte de una persona como don Victorino, junto con su “sensación de hambre satisfecha”, podía ser a todas luces, incluso, hasta deseada por gente como él, que espera; trémulo espera cualquier vértigo simple, cualquier destello audaz. Aunque en el fondo, lo único que le importaba a Octavio -si es que algo le importaba- era el vacío, el silencio, las dimensiones de la Jaiba y las de la Magnífica, por supuesto, la inmortalidad del cangrejo, el paso de piscis a acuario, el trasfondo de las jícaras, el aroma de la hierba, y la utilidad de los vanos para establecer quicios, además que dieran las cuatro y terminaran de pagar la quincena, para así poder escribir, escribir sin detenerse, hasta lograr un movimiento puro, un sigilo imperturbable. Casi desesperado y aturdido por una tormentosa lucidez que a él le caracteriza, apuntaba:            

A mí que nada me interesa, sino el precio de las palabras, la solvencia moral; el tener que cobrar a los ancianos, a las mujeres, a los enfermos, padres de familia y personas en general… los intereses. Los intereses, que no son los réditos, ni la suma porcentual que se le añade a una cantidad una vez prestada. ¡No! Los intereses son las cosas que realmente nos importan en este mundo. Es la deuda que se contrae por abandono a los excesos, a los espejismos; y ajenos a nosotros mismos, así, atender los “imprevistos”, las cosas que siempre pasan, “¡siempre!”, más allá de la gratuidad de nuestra vida. El desastre de un pariente, los caprichos de la reina, una parranda prematura, un “accidente” (entrecomillaba nuevamente) en el auto que nos hace esclavos de Pemex y del tránsito que desata el calentamiento en el clima. Y sin embargo, los intereses no son, tan sólo, las cosas que nos mueven, son también, las cosas que hacemos por cumplirlas: nuestro mentir abstracto, pletórico, la esclerosis rubicunda, el error que se repite: letra a letra, se repite, la neurosis colectiva, los vicios que nos circundan; la soberbia que nos emplea, el orgullo que nos ampara, la miseria que nos vanagloria, la vanagloria que nos endroga. Los intereses son las cosas que nos importan, ¡sí!, y a mí que nada me incumbe, sino el precio de las palabras, tener que cobrarlos hasta poseer, el valor de una letra… me resulta algo tan propio… como el hielo a punto de derretirse.      
A su lado, una hormiga, observaba Octavio: ¡tiene una dimensión perfecta!, ¡dispositivos impecables!, ¿dónde cabe entonces nuestra grandeza, nuestra diferencia, la elocuencia que nos pondera?, hijos del agua; el humano, consideraba Octavio, como la hormiga, por el agua subsisten, por el vacío se llenan. Por lo pronto, ambos eran seres parasitarios, vivían a costa de ese jardín -junto a la rampa- donde desfilaban todo el día burócratas que simulan, el Estado lo simulan, deben hasta la náusea de su última juerga, y caminan tan dueños de sí, como si la democracia de verdad funcionara, como si no estuviéramos en guerra; sin embargo, al “razonarlo”, Octavio sentía que estaba libre de ésta relación, que la casta no lo definía. “Una singularidad andante”, decía Paz: “el artista es el incomprendido, el parásito, el excéntrico; vive en un grupo cerrado y aún el barrio que habita con sus congéneres, es un lugar equívoco; lo miran con desconfianza el burgués, el proletario y el profesor. El revolucionario [en cambio], es el perseguido por todas las policías, el hombre sin pasaporte y con mil nombres, denunciado por la prensa y reclamado por el juez: todo es legítimo para neutralizarlo.” ¡Claro! “Un lugar equivoco” -según, Los errores- es lógicamente más revolucionario que un lugar común, y Revueltas, como se sabe, solía frecuentar los penales con una vehemencia tan propia de los de su especie, que se podría asegurar que en su obra confluye el arte, la revolución y su vida. Pero el profesor, y la clase, tan llena de ellos… podrían acaso, escuchar sin desconfianza, el ensayo que el lector de Paz y de Revueltas propondría; a pesar de que las letras, seguramente, se las dedicara a su madre, ya que en realidad ella es, la de la luz. Sólo así, el-éctor, por fin aceptaría que la universidad es – tal vez, siempre lo ha sido- su punto de partida, entonces durante su clase, sencillamente leería:    

Los errores

(Dos puntos)

Primero. Con el peso de la verdad histórica, leer a José Revueltas en los albores de este siglo, tan vorazmente socavado por el consumismo y las prisas, me resulta, al menos, tan asombroso como imprescindible. ¡Todo converge! En Revueltas todo se entremezcla, su narrativa es el testimonio insigne del viejo principio anaxagórico: <>, de ese modo encontramos “una lucidez torturante, como la que tienen las ratas de la cárcel”, la razón abyecta  que se vacía como un río en el océano de lo extraño; aquello que es nuestro pero todavía no nos pertenece; a pesar de nuestra verdad histórica y nuestro presente palpable como dogma intransferible.
El comunismo sin credo, el aire sin tierra; son como una catástrofe sin heridos, una civilización sin ruinas donde se yergue la realidad imaginable: un mundo que no existe. ¡Error, el error! “El hombre es un ser erróneo… [por supuesto tiene la facultad de errar, si a eso se le puede llamar facultad]... un ser que no termina de establecerse del todo en ninguna parte: aquí radica precisamente su condición revolucionaria y trágica, inapacible”. Los errores, José Revueltas escribe: inapacible en vez de impasible, seguramente ebrio, de adjetivos y de tinto. Luego: un ser que no termina de establecerse del todo en ninguna parte… ¿desde cuándo?... Si desde que se es, se ha establecido para sí, desde sí, en sí, etc. Aquí Revueltas hace de lado a Sartre, pero tampoco pasa mucho; nombres, cifras, Sartre, Revueltas, los errores, el desencanto, el desasosiego, ser un error y seguir existiendo. Tal vez por ello, el acierto, lo encontramos al principio; cuando las cosas se vuelven autónomas e impersonales: “Igual que a través de un estado de sordera en la que también se ha perdido el tacto… absuelto de antemano por aquella irrealidad blanca e inexorable en la que existía esa amnesia del futuro que sin duda debe sobrevenirles a los condenados a muerte… puros de tanto pensar que nos son ellos mismos”. (J.R. Los errores)
Nuestra muerte, se sabe, es nuestra hipótesis más segura; y sin embargo…como dijera Torri, amamos, odiamos y anhelamos como si fuéramos inmortales, como si alguien pudiera pararse junto a la ventana y observar las cosas como recién llegado de algún punto distante en el universo y, con esto, tuviera la facultad de evadir, el raciocinio; ese orgulloso dolor de muelas, esa resignación terrible de pinche puta desdichada, a la cual, no pudo escapar Lucrecia.  
Segundo. El hombre ha sido atado a sus paradigmas presupuestos, tal vez por ello, a lo que apela Revueltas, es a un comunismo unánime de la conciencia, que al reflexionarlo, hace de nuestra actual civilización: un error. “Hace mucho tiempo, le dice don Juan a Castaneda, cuando el hombre comprendió que sabía y quiso estar consciente de lo que sabía, perdió de vista aquello que sabía”. Así, las cosas, los objetos, sus relaciones, su semántica y su sentido, no pueden ser sino vaivenes racionalmente absurdos. Por su puesto que todavía así, se puede considerar “el pensamiento teórico como un ejercicio absoluto, la práctica del ser, como diría Jacobo, a su nivel más alto posible, al nivel de la acción casi pura.” 
Dicho de otra forma: una mueca sin mohína, tener la suerte del Muñeco y saber que la locura, quizá, no sea sino la sabiduría misma, que cansada de las vergüenzas del mundo, ha tomado la sabia resolución de volverse loca, tal vez, de ahí emane la inercia, “la loca tarea de transformar el infierno mediante su propio combustible” y cada hombre desde su soberano fuego, aplaste sin reservas, su indiferencia reaccionaria, detenga el juicio y la adjetivación que lo precipita al mundo que lo absorbe. “La historia – nos dice Revueltas- ha sido la historia del fuego contra el fuego; fuego como conciencia del sometimiento del infierno al hombre, contra el incendio y reducción a cenizas de lo humano. Queremos al hombre-llamarada en ardimiento infinito y no al infinito en ardimiento sin hombre”.
Empecemos de nuevo, conscientes de nuestro tiempo, del fuego contra fuego que en el país acontece, diez mil federales en Juárez, por ejemplo: militares al servicio de sicarios, la gente que se muere de (¿un?) balazo, muertes sistemáticas, masivas; no se puede ver, entonces, y hacerse el sordo, o callar, el no decir que sería nuestro suicidio más preciso. Por tanto, leer a José Revueltas en los albores de este siglo, me resulta, por demás, tan revolucionario como la verdad histórica, concreta, la autocrítica radical, el desencanto de sí mismo, la práctica del ser, el anular el yo, y propiciar, entre los adecuados, la conciencia de la caída, ¡el milagro de la resurrección!, el lugar impropio, equivoco hasta afirmar que verdad, justicia y realidad, por delirante que parezca, son de una vez y para siempre: lo mismo. “Destino es carácter”, aseguraba Heráclito. “S es P”, ha dicho Derridá. Llegamos a la revolución de la conciencia. El tiempo sin tiempo, el día del solsticio, cuando la conciencia del hombre se una al Todo que lo rodea, y comprenda que el futuro se manifiesta ahora, en su pensamiento, como lo advertían los mayas, en el pasado. Sólo que ahora, la pelea es Paz, y el Amor que, por error, nunca tuvo Lucrecia.